Quienes somos y de donde venimos
La historia detrás de nuestro oficio
Somos una cadena de eslabones interconectados, cada uno porta un sentido, una evolución que nos enorgullece compartir.
Tenemos base en Villa la Angostura y El Bolsón (Patagonia Argentina)
Estufas eficientes Patagonia es el resultado de más de 15 años de experiencia e investigación en la construcción de estufas eficientes. A lo largo de los años hemos aprendido los ejes que definen nuestra trayectoria:
Simple es eficiente. Simple es belleza. Lo demás es oficio.
Esta ha sido la gran enseñanza que nos dejó nuestro maestro Lars Helbro, de Dinamarca, con quien tuvimos la suerte de aprender directamente y desde la práctica durante dos años consecutivos en sus cursos anuales internacionales. Conrado tuvo la intención de reproducir sus estufas en Argentina desde el 2013 hasta el 2015, tan solo siguiendo su experiencia pasada, la intuición, y algunos consejos que Lars le fue compartiendo via email. Sus primeras estufas funcionaban, pero siempre quedaban dudas de cómo debería ser realmente, y en el fondo, había una sensación de “posibilidad de mejora” en el sistema. Ahí fue cuando Lars le sugirió unirse a el taller en la isla de Drejø como aprendiz. A su vuelta, con todo el conocimiento adquirido, el Coni construyó unas cuantas estufas en El Bolsón aplicando los nuevos conceptos. Al año siguiente, debido a su fuerte conexión con el maestro, y su habilidad para comprender los criterios, fue convocado especialmente por Lars como su asistente en el taller. Ese encuentro fue clave!
Lars fue pionero en el desarrollo de energías alternativas en el auge Danés durante los años ‘70 en medio de la gran crisis energética mundial de esos años. También trabajó para el gobierno Danés en conjunto con el prestigioso Danish Technical Institute en la certificación de calderas para calefacción doméstica.
Durante los años ’80 su curiosidad lo llevó a participar de un curso de construcción de estufas de mampostería con una de las personas responsables de reflotar este conocimiento ancestral en el mundo: el arquitecto finlandés Heikki Hyytiäinen. Esta oportunidad le abrió los ojos a Lars para darse cuenta que todo era más simple:
No hacía falta crear calderas super-eficientes con la posterior complicación de distribuir agua caliente para calefacción. Simplemente había que transferir la energía de la leña a lo que en esencia somos: barro. De ahí venimos, ahí vamos.
Lars tenía un gran don: la integración. Unió todo su conocimiento científico al logro constructivo de Heikki.
El resultado: la simplificación.
Las estufas de Heikki funcionaban como sistemas forzados de movimiento de gases, donde el motor de la estufa es la succión que genera la chimenea. Lars se preguntó qué pasaría si ampliaba todos los espacios por lo cuáles transitaba el humo dentro de las estufas, para que los gases de la combustión pudieran crecer libremente y luego enfriarse a su tiempo y sin turbulencias. De esta manera la fuerza más prevalente en el mundo pudo entrar en el juego: la fuerza de la gravedad.
Mientras que los diseños anteriores buscaban extraer el calor del humo por fricción, las estufas de Lars se relajaron, y entendieron que solo hacía falta espacio y tiempo.
El resultado: La eficiencia.
Lars se dio cuenta que las estufas debían usar materiales de calidad, pero lo menos industrializados posibles. Reemplazó los morteros pre formulados, por simples mezclas con tierra arcillosa. Además de ser más económicos, sustentables, y funcionales al calor, son materiales que se encuentran en cualquier lugar del planeta. Siempre resaltó la importancia de llevar adelante el oficio al estilo artesanal, como lo hicieron nuestros ancestros. Hachuela, lima, mucha mano, el ojo artístico y el corazón.
El resultado: La belleza
Después de su último viaje, Conrado regresó con deseos de difundir lo aprendido. Organizó una serie de talleres, que no sólo difundieron su experiencia y técnicas, sino que también sembraron la semilla para una nueva generación de estuferos en la Argentina y Latinoamérica. Estos talleres se convirtieron en el punto de partida para muchos que, inspirados por su conocimiento, han continuado la tradición y han contribuido al florecimiento de este arte en toda la región. Fue a partir de esos varios talleres, que Ezequiel comenzó su recorrido en las estufas y contagió a Hernan. Juntos, emprenden un proyecto que une sus habilidades y visiones de manera armoniosa. Trabajando en estrecha colaboración, combinan su conocimiento y creatividad para mantener viva la esencia del arte mientras avanzan hacia nuevas innovaciones. Este esfuerzo compartido no solo rinde homenaje al legado que han recibido, sino que también impulsa la evolución de su arte, enriqueciendo y revitalizando la tradición que continúan.
El equipo
El equipo tiene muchos aspectos en común. Todos viven en casas de barro, son amantes del conocimiento, admiran profundamente la naturaleza, y aspiran a un mundo mejor, con más igualdad y el empoderamiento de las personas. Construir una estufa es un proceso mágico, casi de ensueño. Son pocos días en los que dejamos todo lo mejor de nosotros, toda nuestra creatividad, nuestro amor y conocimiento, en un artefacto clave, que es un corazón latiendo. Sabemos que una vez que la encendemos, ya lo dejamos en manos de sus usuarios finales, y en la mayoría de los casos nunca más volvemos a verlas. Es un proceso de desapego y entrega que valoramos mucho, a veces es difícil, pero es puro crecimiento y evolución. Lo lindo es terminar un proyecto y sentir… “Que tremenda estufa! Cómo me gustaría tener una así”. Ahí es donde estamos seguros de que hicimos un buen trabajo.
Conrado “Coni” Tognetti
Impulsado por su energía creativa, su misión es estar al servicio, compartiendo conocimientos frescos e innovadores con la comunidad. Sus bases en la literatura y la historia, han colocado su interés en llevar al ser humano a su máximo potencial, en todo lo que embarca.
Actualmente lleva adelante una chacra agroecológica en El Bolsón “Huerta Amarantus”, con un propósito claro, generar alimentación saludable para tod@s.
Pionero estufero en la Argentina y Latinoamérica, precursor de las Rocket, Helbro, y del sistema constructivo con ladrillo visto y campanas en general.
Fuerte referente del movimiento de bioconstrucción en la Comarca Andina, aplicando conocimiento científico y la tecnología de las herramientas al alcance de la gente.
Ezequiel Bella
Ávido por el conocimiento y comprender el funcionamiento de las cosas, lo llevó a estudiar ingeniería en la Universidad de Buenos Aires. Luego de algunos años de ejercer la profesión, se mudó la Patagonia, y ahí descubrió su conexión con lo artesanal, la sustentabilidad, y la eficiencia. Gradualmente fue dejando lo duro de la profesión hacía una integración con lo manual, y poco a poco fue encontrando su equilibrio en las estufas, la carpintería, la construcción natural, y las plantas. Hoy aplica toda su formación tecnológica de investigación, con un poco de física y mediciones, para la mejora constante de las estufas que construyen. Convencido que el fuego es un conector ancestral del ser humano con lo espiritual, interactúa con el cliente en todas las etapas del proceso con esa premisa en mente.
Hernan Gigena
De escencia comunitaria y con formación en ingeniería en sistemas, es parte de una cooperativa de desarrollo de software hace mas de 15 años. Naturalista de campo especializado en aves y dibujante. Su camino lo ha llevado a entender que la comunidad y las estructuras cooperativas horizontales son clave para lograr sociedades mas justas y participativas. Su vida es cooperativa. Sentó junto a otros compañeros las bases de una mutual de consumo comunitario en Villa la Angostura, para que sus asociados compren a precio justo a proveedores agroecológicos y responsables de todo el país. Encuentra en las estufas un portal de creatividad interior y exterior, en donde seguir compartiendo con gente.